lunes, 19 de diciembre de 2011

Le Champagne 1ª Parte


Le Champagne

Desde siempre el champagne ha estado rodeado de un aura de lujo. En el siglo XVII, antes de que la moda de los vinos espumosos invadiera Francia, su mejor perla, en un principio tímida, empezó fascinando a la distinguida sociedad londinense. Luis XV dejó que sus amantes le sedujeran con esta noble bebida que se ha mantenido hasta nuestros días en las mesas festivas, independientemente de la autoridad de los comensales (a no ser que tengan muy pocos recursos). El champagne está especialmente indicado en las fiestas. Ya el hecho d abrir una botella cuidadosamente cerrada se convierte en toda una experiencia de la que nadie quiere privarse.
Mapa de las denominaciones de origen del Champagne
Sin embargo, suele olvidarse con facilidad que el champagne también es un vino y, en realidad, es la variedad que crece en el extremo norte de Francia. Epernay Reims, las dos capitales, están situadas a 140 kilómetros al norte de París. Deben su atractivo –sin olvidar la magnífica catedral de Reims- a las famosas cavas y a sus impresionantes bodegas situadas entre 10 y 50 metros bajo tierra, en suelo yesoso, y a sus galerías, que alcanzan los 300 kilómetros. Aunque el paisaje en sí no es especialmente acogedor, las suaves colinas cubiertas de cepas y los diminutos pueblos rodeados de bosques le confieren un encanto propio. Pero no hay que engañarse, la amenaza de una helada está siempre presente, es un peligro constante. Un buen año puede producir 260 millones de botellas de champagne, pero a veces la naturaleza en el peor de los casos la reduce a menos de un tercio.

Viñedos de Epernay

La mayor parte de las 32.700 hectáreas de terrenos destinados al champagne están situados en el departamento de Marne, la zona con las áreas de cultivo más famosas: Montagne de Reims, Côte des blancs (al sur de Epernay) y parte del valle de Marne. Una quinta parte de los champagnes procede de las viñas cercanas a los municipios de Bar-sur-Aube y Bar-sur-Seine al este de Troyes. El champagne debe su calidad a un suelo rico en yeso y a un microclima favorable. Ambos factores quedan reflejados en el precio de la uva, siempre actualizado. De los 302 municipios que elaboran champagne, solo 17 poseen la clasificación Gran Cru al 100%. Otros 41 municipios, recibieron la categoría Premiers Crus en un 90 y un 99%. El resto debe conformarse con una 80 o 89%. En la región de Champagne existen 14.800 empresas dedicadas al cultivo de la uva; muchas son miembros de una de las 44 sociedades vinícolas. De los 5.152 viticultores que embotellan champagne, sólo una parte lleva a cabo el costoso proceso de elaboración, con las 265 cavas registradas en cabeza. Aunque algunas poseen florecientes viñedos, compran la uva o el mosto y llevan a cabo el proceso de champanización. Las marcas más conocidas internacionalmente están en manos de unas pocas sociedades. Así pues, una de cada cuatro botellas vendidas pertenece al holding LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy), ya que produce tanto Moët-Chandon, Veuve Cliquot y Mercier, como Pommery, Canard-Duchêne, Ruinart y Henriot.

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